AL SALIR DEL CLASE
Vino a decirme que estamos hechos de materiales débiles
Pero de la corrupción de los cuerpos al deshecho del alma
media el abismo de los grandes momentos, de los buenos tiempos

Con los que reíamos todos al vernos

Se fueron con la última luz del sol de septiembre
para alumbrar ojos indecisos y palabras entrecortadas
respiraron, para suspirar después en nuestra frente

Con la indecencia más molesta

Y vino a decirme que apartaría lo que es de color negro
pero no podría evitar los baches y esa estúpida risa acelerada
vino a decirme palabras bonitas para enlatarme en la muerte

Con la incercia de la marea

Se fueron esas horas en que la vida llovía a cántaros,
los truenos causaban risa y las ramas rotas dibujaban corazones
esos días se marcharon al perder el oro -me dijo- de tu entereza

Con el pecho en alto, mirando al Norte

¿A quién le compro ahora la lotería de cada sueño?
¿por quién saltaré al escenario a desgastar cada uno de mis huesos?
¿A quién contaré con nitidez cada una de las cosas que rozan mi suelo?

Con las dudas saltandose los semáforos

Vino a decirme que nos puede la fuerza del viento
y se fueron para no volver los viejos tiempos
aunque era algo que ya sabíamos al abandonar el colegio
nos dolió confirmar y ver... lo que leíamos en sueños

Con la ineficaz revuelta de niño que vive dentro